Dr. Holon de marzo
08-03-2023
¿Vivimos la vida intensamente, o sobrevivimos? Nos parece que dedicar tiempo a alargar la vida, o preocuparnos obsesivamente por la salud prolongará nuestra vida, cuando en realidad sencillamente sobrevivimos, perdiendo el sentido de vivir intensamente.
El filósofo Byung-Chul Han en su libro, “Vida contemplativa” nos dice: “… en la era digital estamos absolutamente desprovistos de corazón. Almacenamos cantidades impresionantes de datos e informaciones, pero sin recordar. Nos apartamos de cualquier forma de “para siempre”. Abjuramos de las prácticas que toman mucho tiempo, como la fidelidad, la responsabilidad, la promesa, la confianza y el compromiso. La vida es gobernada por lo provisional, por el corto plazo y por el inconstante”.
En esta época de digitalización e informatización, todo es muy pasajero. Las mismas noticias. Nos pueden bombardear con cierta noticia durante unos días, pero al poco, por importante y trascendente que fuera, desaparece para dar paso a otra más novedosa. Y nunca hay tiempo para profundizar en el porqué de las cosas. Y así vamos tambaleándonos día tras día, sin tiempo para asimilar gran parte de lo que ocurre en nuestro entorno, y después nos sorprendemos cuando un buen día nuestro rendimiento cae en picado, y nos dicen que estamos estresados.
Deberíamos volver a recuperar momentos de inactividad y sobre todo practicar el arte de la contemplación. ¿Y cómo se hace? Ante todo, evitando la acción para conseguir alguna productividad. Hay una expresión que dice: ¿qué
estás atando moscas? Y hace referencia a que no estamos haciendo nada concreto, nada productivo, porque en todo caso una serie de moscas atadas no nos serviría para gran cosa.
¿Qué nos permite inactivarnos, y dedicarnos a la contemplación? Algunos ejemplos de contemplación pueden ser:
• Estar frente al fuego y ver el baile de las llamas
• Contemplar una pintura
• Maravillarse con el movimiento del agua en el mar, o en un estanque, o en el río
• Escuchar el ruido del viento, o una poesía
• Saborear algún alimento
• Acariciar
• Oler el perfume de las flores, o de una comida
• …y en general cualquier contemplación del entorno, sobre todo natural.
Practicar la inactividad y la contemplación para rebajar nuestro estrés no nos hará más ricos pero si más felices.
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